Y volaré por el cielo...
y cruzaré el ancho mar...
que no hay cadenas que impidan
mis deseos de volar.
Que aunque esté atada a la tierra
por mi condición mortal,
las alas del corazón
me liberan de este mal.
Y ya renaceré libre
en mi camino hacia el mar...
Y las penillas que tengo,
aquí las voy a dejar.
© Carmen Aguirre
Hola
ResponderEliminarEstoy encantado con esta poesía, me alegro de que un poeta es un don divino.
Bueno, nada más que comentar sobre esta libertad de escribir y expresarse.
Ya estoy siguiendo, y lo hace una invitación a visitar a mi rincón virtual, si te gusta y quieres que lo siguiera, yo estaría muy agradecido.
Saludos.
http://wwwavivarcel.blogspot.com.br
Muchas gracias por tu comentario. Es verdad que la poesía es un don divino.
EliminarHe pasado por tu blog y tienes un rincón virtual muy agradable.
Saludos
Lindisimo...!!!
ResponderEliminarGracias J. J.
EliminarBesos