viernes, 7 de julio de 2017

Corona de Sonetos en honor de Miguel Hernández


SONETO 0 (Miguel Hernández)
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Yo sé que ver y oír a un triste enfada
cuando se viene y va de la alegría
como un mar meridiano a una bahía,
a una región esquiva y desolada.
.
Lo que he sufrido y nada todo es nada
para lo que me queda todavía
que sufrir, el rigor de esta agonía
de andar de este cuchillo a aquella espada.
.
Me callaré, me apartaré si puedo
con mi constante pena, instante, plena,
a donde ni has de oírme ni he de verte.
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Me voy, me voy, me voy, pero me quedo,
pero me voy, desierto y sin arena:
adiós, amor, adiós, hasta la muerte.
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I
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Yo sé que ver y oír a un triste enfada…,
pues no tengo bastante fortaleza
para ver mi agonía reflejada
en la gran magnitud de su crudeza.
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Sufro del desamor la cruel cornada
que atraviesa mi pecho con fiereza
dejando a la esperanza aprisionada
en los ojos sin luz de la tristeza.
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Mas no puedo soltar esa atadura
que me amarra a la noria del tormento
donde gira la pena en su porfía.
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Y, en medio de esta gélida tortura,
se deshoja la flor del sentimiento
cuando se viene y va de la alegría .
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II
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Cuando se viene y va de la alegría
sin visos de encontrar una esperanza…,
yo pongo lo vivido en la balanza
y me invade una gris melancolía.
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No sé de qué manera lograría
poner veto a esta angustia que ya avanza;
y hacer con mi memoria una alianza
que destierre el dolor del alma mía.
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Mientras más persevero en alejarte,
más me enreda la brisa de tu viento
en la llama febril de la utopía.
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Y, en ese vano intento de olvidarte,
siempre regresa a ti mi pensamiento
como un mar meridiano a una bahía.
.
III
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Como un mar meridiano a una bahía,
rindiendo a la tristeza vasallaje,
se rinde el corazón al abordaje
de la pena más honda y más sombría.
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Hasta la misma pena se dolía
al verme naufragar en su oleaje,
sin poder desasirme del cordaje
de esta pasión que hacia el dolor me guía.
.
Cargando con la cruz de mi destino,
me envuelven las tinieblas fieramente
negándome la luz de la alborada.
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Mas sigo paso a paso ese camino
que me conduce irremediablemente
a una región esquiva y desolada.
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IV
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A una región esquiva y desolada,
llegué por este amor que me atormenta;
llegué donde la angustia se aposenta
y la ilusión se muere desgajada.
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Me encuentro en una amarga encrucijada
que aviva tu recuerdo y que lo avienta...
No perdono a esta vida que me enfrenta
a lucha tan feroz y despiadada.
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He llegado al umbral del desconsuelo…,
tus alas no sustentan ya mi vuelo
ni acudes al clamor de mi llamada.
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Los sueños no abren puertas a la aurora,
y, ante esta oscuridad abrumadora,
lo que he sufrido y nada todo es nada.
.

V
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Lo que he sufrido y nada todo es nada;
nada queda después de haberlo todo.
Arrastro una existencia desgraciada
que no puedo eludir de ningún modo.
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¿Cómo encontrar la calma deseada
al borde del abismo en que me acodo?
En pugna con mi propia marejada,
me voy hundiendo en tierra, piedra y lodo.
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Y es que sin ti la paz me deshereda…,
marchita y deshojada está la rosa
que, hace tiempo, en mi pecho florecía.
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Mas he de resistir aunque no pueda;
lo que llevo pasado es poca cosa
para lo que me queda todavía.
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VI
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Para lo que me queda todavía,
le falta a mi dolor espacio y llanto.
Hasta el inmenso mar desbordaría
este dolor que duele tanto y tanto.
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La soledad me oprime y me vacía
llevándome a las lindes del quebranto,
y, en esta asoladora compañía,
solo vislumbro el reino del espanto.
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Yo sé bien que no tengo escapatoria…
Tu recuerdo me surca la memoria
como una cicatriz mordiente y fría.
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Acabar, de una vez, yo bien quisiera;
la muerte me ha de ser más llevadera
que sufrir el rigor de esta agonía.
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VII
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Que sufrir el rigor de esta agonía
es tener el infierno aquí en la tierra;
y me voy requemando en la ardentía
de este penar que a mi sentir se aferra,
.
sintiendo como perros en jauría
me muerden esta llaga que no cierra…
Porque mi herida sangra, noche y día,
y es la señal amarga de esta guerra
.
que he intentado lidiar, y que he perdido;
pues tu presencia brota del olvido
dejándome su espina atravesada.
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¡No aguanto más un lastre tan pesado!,
mi pobre corazón ya está cansado
de andar de este cuchillo a aquella espada.
.
VIII
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De andar de este cuchillo a aquella espada,
de andar de la locura al desvarío,
de la furtiva lágrima enclaustrada
al llanto que se esparce como un río.
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Mas dirijo, pisada tras pisada,
mis pasos hacia un páramo sombrío.
Nada queda, la fe tengo talada,
y me recorre un hondo escalofrío.
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Ya no me alumbra el sol de tus abrazos,
y en este sinvivir ruedo que ruedo;
debo desanudar todos los lazos
.
de este amor imposible en que me enredo…
Y, aunque el alma me salte hecha pedazos,
me callaré, me apartaré si puedo.
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IX
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Me callaré, me apartaré si puedo,
por más que se desangre el corazón
y, ante tal decisión, me embarga el miedo,
el miedo a que se cumpla esta intención.
.
Me aventuro a dejarte y retrocedo,
al sentir del dolor el aguijón.
Y el grito en mis adentros lo emparedo
para no hacer patente mi aflicción.
.
Y me voy consumiendo como un cirio
al no encontrar remedio a este martirio
que me ronda en la sien como barrena.
.
Dejaré atrás la hoguera de tus ojos
y marcharé por senda de rastrojos
con mi constante pena, instante, plena.
.
X
.
Con mi constante pena, instante, plena,
que me cerca y me lía en su maraña,
se me va acrecentando esta condena
que supura en el centro de mi entraña.
.
Este germen cruel que me gangrena
derrumba mi ilusión con brutal saña,
y siento que su tajo me cercena
con el filo mortal de su guadaña.
.
Portando mi pesar como estandarte,
me agarro tenazmente a la falacia
de poder revertir tan negra suerte…
.
Y me marcho en silencio hacia otra parte,
destilando la hiel de mi desgracia,
a donde ni has de oírme ni he de verte.
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XI
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A donde ni has de oírme ni he de verte,
me voy para esconder mi desencanto.
Intentaré aprender a no quererte
cerrando el sentimiento a cal y canto.
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Como algo natural, que no se advierte,
emprenderé camino al camposanto;
pues no logro tenerme sin tenerte
y este duelo imposible no lo aguanto.
.
Si la razón se empeña en desterrarte,
el corazón me obliga a regresarte
hacia el lugar en que tu amor hospedo
.
--allí donde el dolor tiene su nido--
y, batallando en contra del sentido,
me voy, me voy, me voy, pero me quedo.
.

XII
..
Me voy, me voy, me voy, pero me quedo
con tu sombra ceñida a mi costado;
porque tú eres mi paz, mi Dios, mi credo,
mi maldición, mi infierno y mi pecado.
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Me voy, me voy, me voy..., pero no cedo
y no puedo cumplir con lo anunciado.
Y digo que me voy, pero no accedo
a apartarme un momento de tu lado.
.
Me quedo en el eclipse de tu lumbre,
sin vestigio de luz ni luna llena,
naufragando en un mar de incertidumbre
.
entre un gran temporal que me enajena…
Me quedo con mi inmensa pesadumbre,
pero me voy, desierto y sin arena.
.
XIII
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Pero me voy, desierto y sin arena,
aceptando mi triste realidad,
y una tormenta crece por mi vena
alimentando lluvia y tempestad.
.
Nunca libé la miel de tu colmena
ni se alojó mi amor en tu oquedad,
y vago por doquier, como alma en pena,
a solas con mi propia soledad.
.
Con el rayo incesante, a fuego abierto,
me hallo en medio de un árido desierto
sin tener nada más para ofrecerte.
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No dejará tu esencia de habitarme…,
mas hoy lejos de ti debo marcharme:
adiós, amor, adiós, hasta la muerte.
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XIV
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Adiós, amor, adiós, hasta la muerte,
me voy con lo que ha sido y es mi vida.
No quiere mi presencia entristecerte,
y en silencio me lamo yo mi herida.
.
Adiós, amor, adiós. Quiero ser fuerte
y afrontar la penosa despedida.
Quedarás en mi pecho, aunque esté inerte,
esperando una nueva amanecida .
.
El rumor de la sangre no convoca,
la muerte la mantiene amortajada,
y la vida a la muerte no derroca.
.
Ya no verás tristeza en mi mirada
ni oirás ninguna queja de mi boca…,
yo sé que ver y oír a un triste enfada.
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Carmen Aguirre
10/6/2017

DE NOMBRE: CARMEN

Una maravilla de poema es que me dedicó, mi Inmaculada Nogueras Montiel. Con amigas así, sobra todo lo demás. Aquí os lo dejo para que lo disfrutéis, como lo he disfrutado yo.


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Tranquila está la tarde, muy tranquila,
contrasta con el fuego en tu mirada,
con la melena oscura, tan rizada,
y la fuerza interior de la pupila.
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Salada eres de mar, mi faraona,
la marea discurre por tus venas
entre versos, tablaos y docenas
de biznagas que tejen tu corona.
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En coche de caballos por la playa
pasearás la gracia de tu abismo,
pues eres el revuelo de un seísmo,
.
que lucha y luchará toda batalla:
De toros, de pasión o de atalaya,
de madre, de mujer o de lirismo.
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Inmaculada Nogueras Montiel.
20/6/2017

MI CARMEN

Gran sorpresa me llevé, al ver el precioso soneto que me dedicó mi compañero Carlos Elpoetaartesano. Aquí os lo dejo, para que lo disfrutéis como yo.




Es mi Carmen poeta malagueña
que pinta los poemas con vestidos
de cola con lunares, con latidos
que llevan en la sangre fuego y leña.
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El duende la ha tocado con su dedo
y la magia discurre por su pluma,
subiendo su lirismo como espuma,
con coraje pues no conoce el miedo.

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El arte por sus venas corre libre,
los flamencos le rinden pleitesía
dejándole oblaciones y claveles.

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Mi Carmen es un dulce de jengibre,
tiene garra y te agarra su poesía,
haciendo que se ericen nuestras pieles.

,
Carlos Elpoetaartesano
20/6/ 2017