sentirme entre tus brazos, cobijada,
es lo único que anhela mi existencia.
Del olvido... la flor quedó agostada,
se marchita por falta de tu esencia;
que no hay mayor dolor que el de la ausencia,
pues más hiere la ausencia que la espada.
Florezcan en mi piel las amapolas
y prolongue tu cuerpo... el cuerpo mío.
Que nuestras aguas van a un mismo río.
¡¡Alcancemos la cresta de las olas!!
y que la luz anule lo sombrío.
© Carmen Aguirre
Hermoso Carmen...Hermoso...
ResponderEliminarSobran mas palabras...Solo queda esta...Hermoso!!!
Saludos.
Gracias J. J. por esa hermosa palabra.
EliminarUn abrazo
Bonitos versos, alabando al amor.
ResponderEliminarUn saludo
Gracias amiga, me alegro te guste.
ResponderEliminarSaludos
Sublime poema! Impecable! Saludos cordiales de la Sociedad Argentina de Escritores Filial Villa María.
ResponderEliminarMuchísimas gracias por sus palabras hacia mi poema.
ResponderEliminarDesde Málaga hasta Argentina va mi abrazo.