Sonidos de yunque y fragua
ahondando el sentimiento.
Banderas por las esquinas...
por las esquinas del tiempo.
Se van clavando rejones
de magia, duende y misterio.
Y el aire se vuelve verde,
¡y la campana, lamento!...
y la noche es aún más noche,
¡y el silencio es más silencio!
Ya el aire gime que gime...
¡ya el aire dice gimiendo!:
“que cubran a Federico
con mortajita de viento”.
Arañas de escalofríos
por la espalda van subiendo.
Un latido de jazmines
agoniza contra el suelo;
y la pena negra fluye
hasta el brocal de mi pecho.
Y el aire gime que gime...
¡y el aire dice gimiendo!:
“a los senderos del agua
ponedle crespones negros”.
Mortaja de viento y luna,
¡mortaja de luna y viento!,
que cubran a Federico
de azahares y luceros.
Que duerme en una veleta...
¡entre la tierra y el cielo!.
©
Carmen Aguirre
Poema leído en la
Casa de la Cultura de Fuente Vaqueros (Granada)
en el acto conmemorativo
del Centenario de García Lorca. Agosto 1998