martes, 21 de abril de 2015

EL NIÑO Y LA PALOMA

(a Pablo Picasso)





































 
Cuando el niño Pablo abrió
los ojos ante la aurora,
en la plaza la Merced
revolaban las palomas.
El sol desde Gibralfaro
se ceñía una corona,
y a la orilla de la mar
refulgía la “Farola”.

El niño Pablo creció
rodeado de palomas,
en este caudal de luz
que en Málaga se derrocha.
Cogió un cachito de cielo
junto al azul de una ola,
y al desangrarse la tarde
le robó su color rosa.

El niño Pablo marchó
en busca de fama y gloria,
y anduvo por otros mundos

hasta encontrar nuevas formas
que reflejó en sus pinturas
y han quedado ya en la historia…
Y en la Plaza la Merced
aún le esperan las palomas.

Carmen Aguirre
21/ 4/ 2015

2 comentarios:

  1. Muy bonitos y muy tiernos estos versos.
    Un abrazo y feliz día.

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    Respuestas
    1. Es verdad que es muy tiernecito.
      Gracias, Rafael.
      Un tierno abrazo.

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